L’any 1846 l’Ajuntament de Xaló va
acordar traslladar el cementeri, que es trobava situat al
costat de l’ermita, a la partida de Benibrai. El motiu que va determinar que es prenguera aquesta mesura, era el següent: (...) el reducido ámbito que ocupa da lugar al horroroso lance que frecuentemente se observa que el
enterrador de muertos haciendo el hoyo para enterrar a unos desentierre a otros
aún con sus carnes naturales, debiendo ir con el mayor tiento para encontrar
lugar donde esto no suceda. Escandalizado de semejante noticia, digna más bien
de castigo a las municipalidades anteriores; que, de poner pronto remedio, le obligan hacer la presente reunión y
proponerles la construcción de un nuevo cementerio en la partida del Benibray
de este término.
D'aquesta manera, s'expressava Miquel Durà Garcés, l'alcalde d'aleshores. Però les reduïdes dimensions del vell cementeri no era l'única qüestió que li preocupava, sinó que n'hi havia una altra: la de la seua ubicació. Sobre aquest tema, la màxima autoritat xalonera considerava que un nuevo cementerio y abolición del actual es la (causa) de hallarse éste situado en la alameda y plazuela donde se celebra el porrate de Santo Domingo en esta población el día cuatro de agosto de todos los años y único lugar de recreo de los vecinos en las calurosas tardes del verano, no siendo pocas las veces que han tenido que llevar los difuntos por entre las paradas de ropa y dulces al Cementerio, a cuyas puertas y paredes se hallan las expresadas paradas.
D'aquesta manera, s'expressava Miquel Durà Garcés, l'alcalde d'aleshores. Però les reduïdes dimensions del vell cementeri no era l'única qüestió que li preocupava, sinó que n'hi havia una altra: la de la seua ubicació. Sobre aquest tema, la màxima autoritat xalonera considerava que un nuevo cementerio y abolición del actual es la (causa) de hallarse éste situado en la alameda y plazuela donde se celebra el porrate de Santo Domingo en esta población el día cuatro de agosto de todos los años y único lugar de recreo de los vecinos en las calurosas tardes del verano, no siendo pocas las veces que han tenido que llevar los difuntos por entre las paradas de ropa y dulces al Cementerio, a cuyas puertas y paredes se hallan las expresadas paradas.
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